La ceremonia se llevó a cabo en Casa Jalisco, donde el técnico serbio-mexicano fue homenajeado por su legado en el fútbol mexicano, especialmente por llevar a la selección nacional a los cuartos de final en el Mundial de 1986.
Acompañado de exjugadores, directivos y autoridades, Milutinovic recibió también una medalla conmemorativa del estado de Jalisco de manos del gobernador Pablo Lemus, quien destacó la influencia de Bora no solo en la cancha, sino también como un líder que “puso a México en el escenario mundial del fútbol”.
Lemus recordó el impacto de aquel histórico Mundial del 86 y, en un tono ameno, compartió que la hija y nietas de Bora tienen sangre jalisciense, lo que —bromeó— lo hace “casi paisano”. El gobernador también aprovechó la ocasión para invitar al entrenador como invitado de honor al partido que la selección mexicana jugará en Guadalajara durante el Mundial 2026.
Entre los asistentes estuvieron figuras como Fernando Quirarte, Benjamín Galindo, Javier Aguirre y hasta el propio Chicharito padre . El acto se convirtió en una auténtica reunión de leyendas del fútbol mexicano, quienes se unieron para rendir tributo a un hombre cuya filosofía futbolística ha dejado huella en cinco selecciones mundialistas y en generaciones de jugadores.
Milutinovic, quien se naturalizó mexicano, cerró el evento con un mensaje emotivo:
“Siempre dije que lo más importante no es ganar, sino hacer el esfuerzo y dar alegría a la gente. México me ha dado tanto… y yo siempre jugaré para este país.”
Al concluir la ceremonia, entre aplausos y fotografías, quedó claro que Bora no solo es parte de la historia del fútbol mexicano: es una de sus leyendas vivas.
