El pasado sábado 29 de marzo, el Auditorio Telmex fue escenario de una controversia luego de que la banda sinaloense Los Alegres del Barranco proyectara imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante su presentación. La situación generó una ola de críticas y acusaciones sobre una posible apología al crimen organizado.
Ante la indignación pública, los integrantes de la agrupación emitieron un comunicado a través de su canal oficial de YouTube, donde negaron cualquier intención de rendir homenaje al líder criminal y ofrecieron disculpas a quienes se sintieron ofendidos. “Jamás fue nuestra intención ofender a nadie”, afirmó su vocalista, Pavel Moreno, asegurando que su música se limita a narrar historias sin vínculos con el narcotráfico.
El incidente ha reavivado el debate sobre el impacto de los narcocorridos en la cultura mexicana y su posible influencia en la percepción del crimen organizado. Mientras algunos defienden la libertad de expresión en la música, otros exigen una mayor responsabilidad en el contenido que se presenta en espacios públicos.
