Fotografía: Redacción Cigdl.
Bajo un cielo que pronto estallaría en luz y color, y frente a una Plaza de Armas que latía con el entusiasmo del pueblo, el gobernador Pablo Lemus Navarro vivió su bautizo cívico: su primer Grito de Independencia como titular del Poder Ejecutivo estatal. Eran las 9:00 de la noche en punto cuando salió al balcón del Palacio de Gobierno, ondeando la bandera tricolor con energía y solemnidad.
Una voz cargada de emoción y orgullo rompió el silencio para rendir tributo a la historia, pero también al presente. Lemus no solo recordó a los héroes de antaño, también vitoreó a quienes hoy día forjan un México digno desde sus trabajos, hogares y sueños.
“Desde el corazón de Jalisco, pasión de la libertad, la cultura, la creatividad y la innovación, celebramos nuestra historia y proclamamos con fuerza la grandeza de México”, exclamó el mandatario, con el rostro iluminado por la pasión y las luces que pronto cruzarían el cielo tapatío.
Uno a uno, los nombres de los héroes de la Independencia fueron vitoreados: Hidalgo, Morelos, Allende, Josefa Ortiz, Leona Vicario… pero también hubo lugar para figuras locales como Prisiliano Sánchez, primer gobernador electo de Jalisco. Y, fiel a su sello personal, Lemus dedicó un espacio especial a los más pequeños:
“¡Que vivan las niñas y niños de Jalisco y de todo México!”, gritó, reafirmando su compromiso con una infancia plena, eje recurrente desde su paso por Zapopan.
El momento culminante llegó con 24 campanadas solemnes, que resonaron por el Centro Histórico como eco del llamado de libertad que hace más de 200 años cimbró a la Nueva España. La bandera ondeó sobre el balcón y la multitud respondió con aplausos y gritos de júbilo.
La ceremonia fue acompañada por autoridades de los tres poderes estatales y fuerzas armadas, entre ellas su esposa Maye Villa, la alcaldesa Verónica Delgadillo, y representantes del Congreso, el Poder Judicial y la 15 Zona Militar.
Y como colofón, el cielo se llenó de fuego y color. Los fuegos artificiales iluminaron el Paseo Alcalde y las plazas del centro, marcando el inicio del concierto estelar de la noche, protagonizado por la familia Aguilar: Pepe, Ángela y Leonardo. Una mezcla perfecta de tradición, música y fervor patrio que selló una noche para el recuerdo.
Así, entre historia y esperanza, Guadalajara volvió a gritar: ¡Viva México!
