La paciencia de la Comunidad Indígena de Mezquitán llegó a su límite. Tras más de dos décadas de litigios ganados, amparos favorables y reuniones estériles con funcionarios federales, los comuneros decidieron levantarse de la mesa de negociación con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y el Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales (INDAABIN).
El reclamo es claro: se niegan a seguir escuchando promesas incumplidas mientras sus tierras, ocupadas para la construcción de una carretera, permanecen sin pago ni restitución. “No vemos voluntad. Cada mes nos dicen que esperemos, que falta un avalúo, que no hay recursos. Pasan los años y lo único que vemos es que nuestros compañeros mueren sin ver justicia”, señaló Saúl Rodríguez Barajas, presidente de la comunidad.
El desencanto se profundizó después de que, el pasado 8 de agosto, entregaron directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum copias de las sentencias que les dan la razón. A un mes de ese encuentro, aseguran, no han recibido respuesta ni seguimiento desde la oficina presidencial.
En 2004 firmaron un convenio parcial que nunca se cumplió en su totalidad. Hoy, 333 comuneros siguen a la espera de un pago que no llega, pese a tener dos juicios y dos amparos a su favor. El obstáculo más reciente: la falta de un avalúo actualizado que, según les notificaron, no será cubierto por la SICT sino hasta 2026.
Frente a la dilación, los comuneros ya trazan su siguiente paso: manifestarse públicamente y exigir la devolución de sus tierras si el Gobierno federal insiste en no pagar. “Lo que queremos es justicia, y si no nos la dan en dinero, que nos regresen la tierra, porque sigue siendo nuestra”, enfatizó Rodríguez Barajas.
Mientras tanto, la carretera sigue en uso, las sentencias permanecen sin cumplirse y la comunidad espera que su lucha, iniciada hace más de 21 años, no se convierta en una historia inconclusa.
