Fotografías: Redaccion CIgdl.
En los vastos campos Jalisco, donde el agave crece bajo el cuidado ancestral de manos expertas y en contacto directo con la tierra, surge un proyecto que busca trascender fronteras manteniendo viva su esencia. Se trata de Gran Pasión, una empresa tequilera que combina la tradición artesanal con un compromiso profundo con la sustentabilidad, y que ahora proyecta su llegada a mercados internacionales como Estados Unidos y Europa.
Dirigido por Víctor Camacho, Maestro Agavero con más de 25 años de experiencia, Gran Pasión se distingue por su enfoque respetuoso hacia la planta. Camacho, quien desde niño siente una conexión especial con el agave, asegura que “la clave está en escuchar a la planta”. Para él, un cultivo respetuoso no solo garantiza un tequila de calidad superior, sino que preserva la identidad cultural y ecológica del territorio.
Cada agave empleado en su producción es escogido personalmente por Camacho, con una preferencia por aquellos que crecen en altitudes superiores a los 2,000 metros sobre el nivel del mar. Estas condiciones climáticas, con temperaturas más bajas y una maduración más extensa, aportan perfiles aromáticos únicos. “Los aromas del entorno, si hubo limoneros o naranjos cerca, se reflejan en el tequila. Es como degustar la historia del paisaje”, explica.
Además de su cuidado meticuloso y de impedir el uso de químicos, Gran Pasión adopta prácticas orgánicas y ciclan sus cosechas según las fases de la luna, siguiendo métodos tradicionales heredados por Camacho de sus abuelos. “No se trata solo de producir tequila, sino de preservar una herencia viva,” señala.
El nombre de la marca surgió de una anécdota casual: durante una reunión con amigos, alguien comentó que Víctor “hace todo con gran pasión”, y así nació la identidad que hoy refleja su obra. Lo que comenzó como un proyecto modestamente local ahora mira hacia el mundo, con la intención de compartir su filosofía y el sabor auténtico del agave jalisciense.
Para Camacho, Gran Pasión significa mucho más que una bebida alcohólica: representa una forma de vida arraigada en la tierra, en la tradición y en la esperanza de transmitir los conocimientos y valores a nuevas generaciones. “Nuestro objetivo es que el mundo conozca que el tequila puede ser una expresión genuina de cultura, respeto y pasión”, concluye.



