Fotografía: Redacción CIgdl.
Mientras miles de familias enfrentan recibos más altos y agua de mala calidad, el PRI Jalisco lanza una ofensiva jurídica y política para frenar el aumento del 9.65% aprobado por el Congreso del Estado a las tarifas del Siapa.
La presidenta estatal del partido, Laura Haro, no se guardó nada: acusó una “traición a la sociedad” por parte de los diputados de Movimiento Ciudadano, Morena y aliados que votaron a favor del ajuste. “Nos venden agua sucia a precio de oro”, sentenció, al anunciar que promoverán un amparo colectivo y presentarán más quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El alza representa hasta 83 pesos más en el recibo para usuarios habitacionales que consuman 5 mil litros mensuales, en una ciudad donde el líquido escasea, llega turbio o, simplemente, no llega.
Haro también puso en la mira la opacidad dentro del organismo operador, cuestionando el perfil de quienes hoy ocupan cargos técnicos y señalando el despilfarro administrativo. “Siapa planea recaudar 300 millones de pesos más, pero ni con eso veremos agua limpia en los hogares”, dijo.
La molestia no es sólo política. Desde el Congreso, la diputada priista María del Refugio Camarena advirtió que, si no se corrigen fallas estructurales en Siapa, Jalisco enfrentará una crisis hídrica sin precedentes. Su compañera, Alondra Fausto, recordó que el organismo pierde el 40% del agua por fugas y arrastra una deuda millonaria, mientras su nómina crece año con año.
El PRI prepara una reforma para que ningún aumento a tarifas se autorice sin mejoras comprobables en el servicio. “No más cheques en blanco a costa de la gente”, advirtió Fausto.
En paralelo, las lluvias siguen colapsando calles mal drenadas y el descontento crece entre los ciudadanos, que ya comienzan a firmar contra el “tarifazo”.
La próxima batalla por el agua en Jalisco, ya no será sólo en el Congreso. Se librará en los tribunales… y en las calles.
