Colapso en el Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” del ISSSTE deja temores e incertidumbre entre pacientes y familiares como el personal que labora ahí

Colapso en el Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” del ISSSTE deja temores e incertidumbre entre pacientes y familiares como el personal que labora ahí

Fotografía: Redacción CIgdl.

La tranquilidad en el Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” del ISSSTE quedó truncada tras el colapso del techo del área de urgencias, un incidente que, según denuncian pacientes y familiares, ocurrió durante los trabajos de instalación de un aire acondicionado. La situación dejó evidentes las graves deficiencias en las condiciones estructurales y de equipamiento del nosocomio, que en los últimos meses ha enfrentado crisis por la falta de climatización adecuada.

Desde hace más de un mes, el hospital ha visto cómo las altas temperaturas afectan no solo el confort, sino también la salud de quienes permanecen en sus instalaciones. La ausencia de aire acondicionado ha provocado la postergación de cirugías, derivando a pacientes a otros hospitales, incluso hasta la Ciudad de México, en una medida que refleja la magnitud del problema y el impacto en la atención.

El incidente, ocurrido en un momento en que funcionarios y personal de emergencia evaluaban los daños, causó alarma entre quienes estaban en la zona de urgencias y terapia intensiva. Afortunadamente, no se reportaron daños graves ni lesiones, pero la tensión y la angustia parecen persistir. Familias y pacientes, cuyos seres queridos permanecen en estado delicado, fueron retirados del área en un operativo que aún no ha sido plenamente explicado por las autoridades del hospital.

Mientras tanto, Protección Civil y Bomberos de Zapopan, junto con agentes de seguridad pública, realizan inspecciones para determinar la magnitud del daño y garantizar la seguridad en el lugar. Sin embargo, las dudas y el descontento crecen ante la falta de información oficial que aclare qué tan grave fue realmente el colapso y las acciones inmediatas para remediar la situación.

Las quejas por la deficiente infraestructura no son nuevas. Desde hace meses, el personal y las familias han expresado su frustración ante la falta de aire acondicionado en varias áreas esenciales del hospital. La demora en solucionar este problema ha llevado a condiciones cada vez más insalubres y peligrosas, incrementando el riesgo de contagios y agravando cuadros clínicos en pacientes vulnerables.

El argumento oficial, que admite retrasos y cambios de proveedores que han retardado la reparación de los sistemas de enfriamiento, no logra justificar la gravedad de la situación. Personal que ahi labora asi como pacientes y las familias exigen acciones concretas: mejoras inmediatas en la infraestructura, transparencia en la comunicación y una atención prioritarias a los pacientes que enfrentan condiciones cada vez más adversas en un hospital que, por su infraestructura, debería ser un símbolo de salud y cuidado, no de negligencia y desidia.

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