Fotografía: Redacción CIgdl.
Más de 2,500 personas se congregaron ayer frente al Palacio de Gobierno en una emotiva manifestación en respuesta a los recientes hallazgos en el rancho Izaguirre, un campo de exterminio. Este acto, que se desarrolló en un contexto de luto nacional, se convirtió en un símbolo del sufrimiento colectivo de las familias de personas desaparecidas, con más de 400 pares de zapatos y veladoras dispuestos en la plaza.
Desde las 16:00 horas, la Plaza de Armas comenzó a llenarse de ciudadanos y colectivos de búsqueda, quienes portaban pancartas con las imágenes de sus seres queridos. A las 17:00 horas, la calle Ramón Corona se colmó de voces que exigían justicia, creando un clamor unificado por el fin de esta tragedia.
Héctor Flores, cofundador del colectivo Luz de Esperanza, enfatizó la urgencia de que las voces de los familiares sean escuchadas. “No podemos permitir que nuestros hijos e hijas sean encontrados en esas condiciones. Es crucial que la empatía mostrada se mantenga para exigir al gobierno un cambio real”, declaró.
Liliana Mesa, presidenta de Luz de Esperanza, resaltó la singularidad de esta movilización, señalando que la solidaridad ciudadana es vital. “La desgracia que vivimos nos involucra a todos; si no nos unimos, el cambio no llegará. Estoy convencida de que estamos al inicio de un cambio significativo”, afirmó.
La protesta, marcada por consignas y canciones en honor a los desaparecidos, no solo fue un espacio de dolor, sino un firme llamado al gobierno de Jalisco para que escuche las demandas de quienes aún sufren la pérdida de sus seres queridos. La lucha por justicia continúa, sostenida por una comunidad decidida a no ser silenciada.
