Fotografía: Redacción Cigdl
Este viernes, un potente terremoto de magnitud 7.7 ha dejado una estela de destrucción en Myanmar, con un trágico saldo preliminar de al menos 144 muertos y 732 heridos, según información proporcionada por la Junta Militar que gobierna el país. Las autoridades han declarado estado de emergencia en seis regiones afectadas, mientras que el impacto del sismo se extendió también a Tailandia, donde se reportan al menos 10 muertes y numerosos heridos.
El epicentro del terremoto se localizó en el centro de Myanmar, propiciando un caos generalizado. Un médico de la zona comentó: “Nunca vi nada parecido. Estamos intentando manejar la situación”, reflejando la desesperación y el desafío que enfrentan los equipos de rescate.
En la capital tailandesa, Bangkok, el desastre ha dejado al menos siete personas muertas en un rascacielos en construcción, con 16 heridos y 101 desaparecidos en varios sitios de trabajo. La Administración Metropolitana de Bangkok ha intensificado las labores de búsqueda y rescate en respuesta a esta crisis.
El sismo también se ha dejado sentir en las provincias chinas de Yunnan y Sichuan, donde se han reportado daños y heridos, especialmente en la ciudad de Ruili, fronteriza con Myanmar.
Ante la magnitud de la tragedia, Mohamed Riyas, director del Comité Internacional de Rescate en Myanmar, ha advertido que miles de personas podrían estar en necesidad urgente de refugio, alimentos y atención médica. Las líneas de comunicación han sido severamente afectadas, complicando aún más la evaluación de daños, que podría tomar semanas.
Por su parte, el Gobierno de Unidad Nacional de la oposición de Myanmar ha denunciado que el terremoto ha causado daños significativos a “numerosos edificios”, incluidos sitios patrimoniales y religiosos. En su declaración, expresaron su pesar por las víctimas en ambos países y enfatizaron el riesgo de futuros derrumbes de estructuras debido a grietas en los cimientos.
A medida que los equipos de rescate trabajan incansablemente, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ha emitido una “alerta naranja por muertes”, estimando que las cifras de fallecidos podrían aumentar en las próximas horas.
La situación en la región es crítica y el tiempo es esencial para salvar vidas y mitigar los efectos de esta devastadora catástrofe natural. Las comunidades afectadas aguardan con esperanza la llegada de asistencia y apoyo en medio del caos y la incertidumbre.
