Fotografía: Redacción CIgdl
En una noche mágica que fusionó música, empoderamiento y tecnología de vanguardia, Shakira deslumbró a más de 40 mil fanáticos en el Estadio Akron como parte de su aclamado “Las mujeres ya no lloran World Tour”. La colombiana celebró más de tres décadas de carrera musical, llevando al público a un viaje nostálgico a través de sus más grandes éxitos.
El espectáculo, que se extendió por más de dos horas, fue una explosión de emociones y recuerdos. Con una escenografía monumental y un despliegue de luces que hipnotizó a los asistentes, Shakira hizo su entrada triunfal en un costado del estadio, rodeada de fervientes seguidores luciendo una indumentaria luminosa. Su llegada fue un momento inesperado que marcó el inicio de un show memorable.
“Gracias por hacerme sentir como en casa, porque yo siento que México es mi casa. Gracias Guadalajara, gracias por estar conmigo esta noche, definitivamente no hay mejor encuentro que una loba con su manada mexicana. Guadalajara, esta noche somos uno”, fueron las emotivas palabras con las que la artista conectó con su público.
La velada estuvo llena de cambios de vestuario que reflejaron la evolución de su carrera, y uno de los momentos más aclamados fue la interpretación de “Las de la intuición”, que desató el entusiasmo de los presentes. En un ambiente que se tornó rosa gracias a la iluminación que portaba la audiencia, Shakira continuó su espectáculo con temas recientes del género urbano, como “Te felicito” y “TGQ”.
Un fuerte mensaje de empoderamiento resonó en las palabras de la artista: “Ya saben que estos últimos tres años no han sido un camino de rosas, pero de las caídas nadie se salva… la caída no es el final, sino el comienzo de un vuelo más alto”. Con este mensaje, Shakira motivó a las mujeres presentes a levantarse con más fuerza después de cada adversidad.
El concierto también tocó fibras sensibles cuando una animación de una loba con sus cachorros apareció en la pantalla gigante, un emotivo tributo a su canción “Acróstico”, dedicada a sus hijos. Las luces, el fuego y las coreografías de sus bailarines crearon un ambiente vibrante, mientras los éxitos “La tortura”, “Hips Don’t Lie” y “Antología” resonaban en el aire, provocando que la multitud coreara cada palabra.
El gran cierre del evento fue inolvidable: una imponente estructura de loba gigante adornó el escenario mientras Shakira y su “manada” vibraban al ritmo de “Loba” y “Pa’ tipos como tú”, en colaboración con Bizarrap. La noche fue un claro reflejo del legado de Shakira y su capacidad para unir a las personas a través de la música, celebrando la fortaleza y el empoderamiento femenino en cada acorde.
