Fotografia: Redacción CIgdl.
Una escena de caos y desesperación sacudió la mañana de este jueves a los habitantes de la zona limítrofe entre Iztapalapa y Chalco, luego de la explosión de una pipa de gas que dejó un saldo trágico: tres personas fallecidas y al menos 70 lesionadas, muchas de ellas aún hospitalizadas.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, confirmó la cifra de víctimas fatales tras hacer una evaluación preliminar de la situación. “Lamentablemente informamos que tres personas ya fallecieron y tenemos dos personas en calidad de desconocidos”, declaró durante una conferencia desde el sitio del siniestro.
Brugada también informó que se recopilaron datos de 68 de las 70 personas afectadas, cuyos nombres y detalles serán publicados para facilitar su identificación por parte de familiares. Hasta el momento, las autoridades no han confirmado la causa oficial de la explosión, pero se sabe que la onda expansiva afectó varias viviendas aledañas, generando pánico entre los vecinos.
Los hospitales cercanos activaron protocolos de emergencia para recibir a los heridos, algunos con quemaduras severas y otros con lesiones por escombros. Testigos relatan que el estruendo se escuchó a varios kilómetros a la redonda y que el fuego alcanzó varios metros de altura.
Mientras equipos de emergencia continúan con las labores de remoción de escombros y evaluación de daños, las autoridades llaman a la ciudadanía a mantenerse informada por medios oficiales y evitar acercarse a la zona.
Esta tragedia revive la preocupación por la seguridad en el manejo y transporte de materiales peligrosos en zonas urbanas densamente pobladas, un tema que, una vez más, queda expuesto en medio del dolor y la pérdida.
