Mientras el Ayuntamiento de Guadalajara promueve con orgullo su programa “Limpia Guadalajara”, cuyo objetivo es convertir a la capital tapatía en una ciudad más limpia, amable y ordenada, vecinos de colonias como Gante y Río Balsas denuncian que la realidad en sus calles dista mucho del discurso oficial.
Montones de basura acumulada, malos olores y presencia de fauna nociva son parte del paisaje cotidiano en estas zonas, donde aseguran que los camiones recolectores de basura no han pasado en semanas, e incluso meses. “Por aquí no se aparece nadie del ayuntamiento. Ni camiones, ni brigadas de limpieza. Nos sentimos olvidados”, comentó la señora Gloria Martínez, vecina de Río Gante.
Los residentes afirman que han levantado reportes en múltiples ocasiones, pero no reciben respuesta ni solución por parte de las autoridades municipales. “Nos prometieron una Guadalajara limpia, pero parece que solo es limpia en ciertas colonias. Aquí vivimos entre la basura”, declaró otro habitante visiblemente molesto.
El contraste es evidente: mientras que en algunas zonas céntricas y de alto flujo turístico se realizan jornadas constantes de limpieza, en otras partes de la ciudad la basura se acumula sin control. Esta situación no solo afecta la imagen urbana, sino que representa un serio problema de salud pública.
Los vecinos de Gante y Río Balsas exigen una respuesta inmediata del Ayuntamiento y que se extiendan los beneficios del programa “Limpia Guadalajara” a todos los rincones de la ciudad, sin importar su ubicación o nivel socioeconómico.
“Una ciudad limpia es un derecho de todos, no un privilegio de unos cuantos”, concluyó doña Gloria mientras señalaba un basurero improvisado a un costado de su calle.
