Fotografia: Redaccón CIgdl.
Este miércoles, los templos y parroquias de Guadalajara se llenaron de fieles católicos que, con la imposición de ceniza en sus frentes, dieron inicio a la Cuaresma, un periodo de 40 días de introspección, penitencia y preparación espiritual en rumbo a la Semana Santa.
La ceremonia, que simboliza humildad y arrepentimiento, es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico. Los asistentes formaron largas filas, esperando su turno para recibir la cruz de ceniza, un ritual cargado de significado y tradición. La ceniza, que se obtiene de la quema de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior, fue impuesta por sacerdotes y ministros religiosos, quienes recordaron a los presentes las palabras: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”, o “Conviértete y cree en el Evangelio”.
La Cuaresma es un tiempo que invita a los creyentes a una profunda reflexión sobre sus vidas, a practicar la abstinencia y a enfocarse en la oración. Como parte de esta tradición, la Iglesia ha instado a los fieles a abstenerse de carne los viernes, promoviendo así el sacrificio y la caridad hacia los demás.
La comunidad de Guadalajara se une en este viaje espiritual, reflexionando sobre el sacrificio y la conversión personal, mientras se preparan para conmemorar los eventos centrales de la fe cristiana durante la Semana Santa. La imposición de ceniza no solo marca el comienzo de un tiempo de penitencia, sino también una invitación a renovar el compromiso con la fe y a buscar un camino de transformación interna.
