Pemex: entre la transformación y el control político

Pemex: entre la transformación y el control político

Fotografía: Redacción CIgdl

• La petrolera más endeudada del país arranca su plan de contratos mixtos, mientras se reorganiza internamente… aunque Octavio Romero pretendía colocar a sus allegados en los cargos que serán eliminados.

Petróleos Mexicanos (Pemex) se alista para iniciar una etapa crítica en su operación: el uso de contratos de desarrollo mixto, con los que pretende recaudar más de 8 mil millones de dólares, equivalentes a 143 mil millones de pesos, cifra que representa un tercio de su deuda actual con proveedores y contratistas, la cual asciende a 404 mil millones de pesos.


Este nuevo esquema de financiamiento, que involucra 11 proyectos estratégicos, contempla la participación de empresas nacionales e internacionales como Carso Energy, de Carlos Slim; Woodside Energy, BP, Sinopec, Jaguar, entre otras. El campo Ixachi, en Veracruz, es el más codiciado: se prevé que solo ahí Pemex pueda recibir un bono a la firma de hasta 5 mil millones de dólares.


A la par de esta inyección financiera, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció un ambicioso plan de reestructuración de Pemex, que pretende eliminar duplicidades y centralizar las funciones de las subsidiarias en una sola estructura operativa. El objetivo: reducir gastos, mejorar la eficiencia y alinearse con las prácticas internacionales del sector energético.


Sin embargo, el intento de transformar a Pemex no ha estado exento de tensiones internas. Según información a la que se tuvo acceso, Octavio Romero Oropeza, exdirector de la petrolera y actual titular del Infonavit, intentó influir en el rediseño de la estructura para mantener el control mediante el nombramiento de personas cercanas en los puestos que serán eliminados por duplicidad.


La misma fuente señala que el plan de Sheinbaum contempla desaparecer una dirección, diez subdirecciones, siete coordinaciones y 34 gerencias en distintas subsidiarias de Pemex, incluidas las de Exploración y Producción, así como las áreas de Finanzas, Jurídica y Planeación. Sin embargo, Romero Oropeza habría maniobrado para conservar influencia a través de estos espacios, ahora en proceso de eliminación.


“La 4T pondrá a dieta a Pemex”, de acuerdo con información publicada por Atzayaelh Torres, columnista de El Financiero, al señalar que esta reorganización será parte esencial de un cambio profundo que busca dejar atrás los excesos administrativos del pasado reciente. No obstante, las resistencias internas, especialmente de quienes administraron la petrolera durante los últimos seis años, podrían entorpecer el proceso de modernización.


Especialistas como Oscar Ocampo, del IMCO, y Arturo Carranza, analista del sector energético, advierten que, si bien los contratos mixtos pueden representar una válvula de alivio a la crisis financiera de Pemex, no resolverán sus problemas estructurales a largo plazo si no se acompaña de una revisión profunda de sus procesos internos y de su transparencia operativa.


Al respecto, Sheinbaum ha insistido en integrar verticalmente a Pemex bajo un solo mando, con cuentas claras y una cadena de valor coherente desde la exploración hasta la comercialización. Una estructura moderna, pero bajo el riesgo de quedar nuevamente atrapada en los viejos vicios de control político disfrazados de gestión técnica.


Como lo ocurrido en el pago a proveedores de Pemex han enfrentado solicitudes de “moche” de hasta un 30 por ciento para ser de los primeros a quienes la petrolera salde de sus adeudos.
La pregunta es inevitable: ¿será esta una verdadera transformación o simplemente una nueva redistribución del poder dentro de la petrolera más endeudada del mundo?
@JErnestoMadrid
jeemadrid@gmail.com

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