Fotografía: Redacción CIgdl.
El presentador y comediante Jimmy Kimmel volverá a ocupar su silla en el programa nocturno de ABC luego de una sorpresiva suspensión que generó controversia tanto en el ámbito televisivo como político. La decisión de su regreso fue anunciada por Disney, empresa matriz de ABC, apenas días después de que el presidente Donald Trump señalara públicamente su desacuerdo con los comentarios de Kimmel sobre la muerte de Charlie Kirk, activista conservador.
“Los comentarios no fueron oportunos y, por tanto, desconsiderados”, argumentó la compañía en un comunicado, aclarando que la decisión inicial de cancelar el programa fue tomada tras conversaciones internas. Sin embargo, Disney también confirmó que, tras “diálogos reflexivos” con Kimmel, el show volverá al aire este martes.
Aunque había guardado silencio desde su suspensión, Kimmel reapareció en redes sociales con una publicación que muchos interpretan como una respuesta indirecta a la polémica. El presentador compartió una imagen junto al legendario productor Norman Lear, fallecido a los 101 años, con el mensaje: “Echo de menos a este tipo hoy”.
Lear, reconocido por su activismo político y su enfoque progresista en la televisión, fue una figura influyente en la comedia con conciencia social. El gesto de Kimmel se ha interpretado como un homenaje, pero también como una declaración implícita sobre su postura frente a la censura y la presión política.
La reincorporación de Kimmel no ha pasado desapercibida entre sus colegas. Figuras como Stephen Colbert, Seth Meyers y Jon Stewart salieron en su defensa, celebrando el regreso con el humor que los caracteriza. Stewart bromeó desde The Daily Show: “Jimmy Kimmel está hoy por las nubes como si fuera puesto de ibuprofeno”, ironizando sobre el alivio colectivo tras su retorno.
La suspensión de Kimmel dejó al descubierto las tensiones entre el humor político y los límites impuestos por figuras del poder. Su regreso, en cambio, refuerza el debate sobre la libertad de expresión en los medios y el papel del entretenimiento como espacio crítico.
